En febrero de 1985 se cristalizó el proyecto de crear un espacio donde los niños con limitación intelectual pudieran recibir una educación especializada, que les permitiera desarrollar al máximo sus posibilidades, para vincularse a la sociedad como seres útiles y productivos.
Este espacio es creado para brindar abrigo a la ternura, la solidaridad, la complicidad, al trabajo, a la creatividad, la imaginación y, por supuesto, a la incansable terquedad de vencer la limitación; solo así garantizarían que el eje de este hermoso proyecto fuera el ser humano. Personas ajenas y también entidades privadas que creen en el hombre, unieron sus fuerzas y juntos permitieron que todo nuestro esfuerzo se convirtiera en lo que hoy orgullosamente llamamos Fedar.
Así nace nuestra sede en la ciudad de Popayán, con 10 hectáreas que responden al sueño de convertir la tierra en un elemento terapéutico y una posibilidad de vida, todo ello pensando en las personas que la habitarán; con un equipo humano capaz de superar cualquier obstáculo.
A partir de la discapacidad
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